Actuar ligero, sin pereza ni pretextos

POR: MAYTE CEPEDA

Independientemente la actividad que realices para ejercitarte, es normal detectar ocasiones en las que sientes que tu cuerpo físico reacciona diferente respecto al ejercicio. Hay días que de plano te sientes la persona más ligera, audaz, fuerte y deportiva del mundo y todo te sale sin el mayor esfuerzo, sientes que nada ni nadie te gana; mientras que otros días, hasta parpadear de plano te causa cansancio, no tienes ánimos de moverte y si lo haces, te cuesta mucho trabajo.

Esto sucede nada más y nada menos porque somos un conjunto de varios cuerpos. No sólo lo que haga o deje de hacer el cuerpo físico, influirá en su desempeño al trabajar, hacer alguna actividad física, comer o dormir. Tendrá muchísimo que ver lo que el cuerpo mental haga al respecto: ¿cómo se desempeña? ¿qué piensa de ti? ¿te sirve de aliado o de plano te boicotea? Y ni qué decir del cuerpo energético que a veces se atonta y deja que el exterior lo apachurre o lo maneje a su antojo, sin darse cuenta del daño o los efectos negativos que resentirá tarde que temprano.

Entonces, cuando te dispongas a correr, nadar, hacer yoga, subirte a la bici o lo que sea que realices para ejercitarte, analiza bien a bien cómo te encuentras en ese momento y enséñate a observar y detectar los focos rojos que te avisarán cuando algo no está funcionando como debe ser, para que lo atiendas y mejore esa situación.

En el caso de la práctica de yoga, que es lo que más hago y por eso te puedo hablar desde mi propia experiencia, hay ocasiones en que hasta un saludo al sol me cansa, me duele estirarme y ese dolor tal vez ni siquiera es provocado porque el cuerpo físico esté cansado o afectado, sino pudiera ser que el cuerpo mental, emocional o energético ande de plano con la batería en el piso. Por el contrario, hay veces en las que siento que floto y que todo marcha a la perfección. Cuando esto me sucede, quisiera hacer una práctica de tres horas, aprovechando que anda “de buenas” mi Mayte física, mental y energética. Esto es normal, a todos nos pasa.

Enseñarnos a observar desde adentro el por qué de esas situaciones de cansancio o pesar, nos ayuda a enfocar y fortalecer esas debilidades. Sin embargo, antes debes tener bien claro que, para mejorar tendrás que poner primero que nada de tu voluntad y convencerte que quieres lograrlo. Conseguido esto, podrás empezar por poner atención a lo que comes, ya que muchas veces y más cuando van avanzando los años, es común que algún tipo de alimento pueda empezar a caerte pesado o que tu cuerpo no lo digiera correctamente. Esto provoca una especie de pesadez que hace que no te quieras ni mover, te inflama o irrita el estómago y no quieres mover ni un solo dedo.

También es importante la calidad y cantidad del sueño, ya que no porque “duermas” ocho horas, significa que hayas descansado como tu cuerpo lo necesita. El estar en la cama dando vueltas y vueltas significa que hiciste todo menos dormir bien. Y otras veces, tuviste oportunidad de dormir solamente cinco horas, pero aprovechaste al máximo cada minuto de descanso y no necesitaste más tiempo para dormir.

Por otro lado, pero no menos importante, es vital observar el tipo y diversidad de pensamientos y emocione. Los tiempos que estamos viviendo seguramente están provocando que haya más miedo, enojo y preocupación que antes. Nunca nos había tocado vivir algo similar y tampoco nadie nos dijo qué hacer si esto pasaría. Pero ya dentro de la situación es conveniente analizar si necesitas negatividad adentro y sobre eso, ir transformando lo que sea necesario para mejorar la situación. Es cosa de ponerse creativas (unas veces es más fácil que otras) y buscar lo bueno de cada situación.

Entonces cualquier cosa que realicemos, que implique algún esfuerzo físico, concentración o atención mental, pues habrá que analizar bien a bien cómo nos encontramos en ese momento. Poner lo que esté en nuestra parte para mejorar el desempeño y tener bien claro que la salud depende en gran medida de que tengamos el compromiso con algún ejercicio o actividad física. Me ha tocado ene mil cantidad de ocasiones escuchar personas que no hacen ejercicio y le echan la culpa a la falta de tiempo. Esto puede ser muy cierto, pero también lo es, el hecho de que si no te tomas en serio y haces lo posible por encontrar esa parte de tiempo que te falta para ejercitarte, en un futuro te darás cuenta que era más fácil hacer un hueco de 20 minutos por lo menos al día, en lugar de estar asistiendo a citas médicas y comprando medicamentos. Es un tema menos físico y más mental. Tu decides en base a lo que quieres y a cómo quieres vivir tu vida. ¡Namaste!

Mayte Cepeda

Yogini ~ abogada ambientalista ~ mamá ~ esposa ~ hija ~ hermana ~ enamorada de la naturaleza, la vida, la familia, los libros y la música ?

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