HACE UNOS MOMENTOS

Por Dona Wiseman

Hace unos momentos estaba aquí, parada en la ventana de la cocina que da al patio.  Estaba aquí mismo…ah, no…  Eso fue anoche, hace horas.  Cuando duermo bien no siento el paso del tiempo.  Ocho horas sin percatarlas.  Se supone que así es el sueño, ¿no?, y me pregunto si mal dormí tantos años por no soltar ese tiempo.  Recuerdo noches de decirme, “Otro ratito”, noches que pasaba yo con la sensación de que, si me dormía, me perdería de algo.  Y de todas esas noches solo recojo una plática que no cambiaría por nada.  Supongo que se hubiera dado en cualquier otro momento de cualquier otro día si no ha sido en ese preciso entonces. 

Pero, hace momentos estaba aquí, en la ventana.  También hace momentos, solo momentos, el pirul era una rama.  A Cristina le perseguía la Quacky, y yo reía.  Michael tenía una casita en la lila de enfrente de mi casa y una choza en el jardín, y uno de los vecinos estaba furioso porque se veía mal todo eso.  Pasábamos un mes al año en la Isla del Padre y, antes de esos momentos, tres meses al año en casa de los abuelos.  Hace unos momentos Michael jugaba futbol americano y Pamela y Angela eran porristas.  Los cuatro eran niños y luego estudiantes y podían moverse solos entre casa, escuelas, nogalera, granja y arroyo (y no quiero ni que me cuenten las aventuras al salirse de esos confines).  Hace unos momentos tenía 20 o 40 años.  Celebré mi cumpleaños número 50 con 50 invitados y estoy segura de que tan solo han pasado unos 15 minutos.  Hace unos momentos era Dona, la maestra.  Y en pocos, muy pocos, momentos pasé a más aventuras.  Hace unos momentos Max y tú (muchos “tús”) vivían aquí en este plano conmigo.  Y hace solo unos momentos se fueron.  Hace tan solo unos momentos no existían los planes y las posibilidades ni los límites causados e impuestos por una pandemia.  Hace momentos, solo momentos, eran otros los peligros. 

En los momentos de la vida hemos determinado nuestra ubicación, nuestros gustos, nuestros quehaceres, nuestra identidad.  En estos momentos cuatro hijos se han convertido en adultos y un yerno vuelve a participar en la instalación de las luces y el equipo de audio en un lugar que le mueve el corazón.  En estos momentos veo cómo he atinado y desatinado.  Veo la historia de lugares, haceres, relaciones, amistades y familia.  Es verdad que lamento algunos sucesos y la manera en que los viví.  Es verdad que festejo otros sucesos y la manera en que los viví.  Es verdad que otros sucesos me son un poco indiferentes. 

Hace unos momentos estaba aquí, parada en la ventana de la cocina, mirando hacia afuera.  Ahora recuerdo que hace otros momentos mi madre estaba así, parada en la ventana de su cocina, mirando hacia afuera.  Me gusta pensar que todos los momentos son y siguen existiendo en paralelo, que no se han ido, ni vendrán, sino que solamente son.  En algún momento sabré si mi teoría es verdad.

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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