VOY A RESCATAR TU ALEGRÍA

Por Cristy Aguirre

Irrumpiste en mi cuarto y me pediste que dejara todo ordenado; yo no entiendo para qué tender mi cama ¡si en la noche me voy a estar tapando! Cosas de adultos…. que no entienden que se pierden tantas cosas por tener todo controlado.

Volteo a mi alrededor y veo mis juguetes tal y como yo los dejé, un campo de batalla que yo perfectamente diseñé. ¡Mami, pero ten cuidado! Pisaste la barra que protegía a los valientes héroes de los más feroces dinosaurios.

– “¿Dónde dejaste los zapatos?”. Adolorida, me preguntaste y aunque yo tampoco sabía es que estaba seguro que uno estaba arriba y el otro, ¡pues ya saldrá algún día!

–  “¡Date prisa, que no han comido y tienen tareas que terminar!”… Tal vez estabas molesta por la jarra de limonada que derramé y acababas de preparar, o tal vez por aquella llamada de trabajo que recibiste y no lograbas acabar. 

¿Sabes? Hoy te vi preocupada, me pregunto: ¿Cómo te puedo ayudar?

Mientras apresurada peinabas a mi hermana y le ponías su leotardo, restiré mi cama ¡y encontré el famoso zapato!, ¡Sonreíste! ¿Será que en realidad debo ser más ordenado?

Ante tu llamado a comer, bajamos apresurados, corriendo, corriendo y con un pie descalzo.

Esta vez fui cuidadoso y no tiré la limonada. No entiendo cómo hacen los adultos para nunca tirar nada, tal vez es un súper poder o tal vez tomaron clases de acrobacia, pero cuando yo agarro las cosas pareciera que traigo embarrada pomada.

En fín… me mirabas de reojo y trataba de estar quieto, pero ¿qué puedo hacer si mis pies son inquietos? Entre patadillas por debajo de la mesa, comenzamos un nuevo reto.  

Respiraste fuerte, como un búfalo embarbecido; si me fijaba bien igual te salieron colmillos; mejor juguemos a las estatuas, para estar quietecitos, pero el nuevo reto será así de inmóvil probar el picadillo.

-“¿Qué sigue de la comida?”

-“ ¡¡¡La tarea mamá!!!”, contestamos los tres al unísono.   

-“¡Hechizada!” te dijo mi hermana….

– ¡¡¡Apurense que es tarde !!….  exclamaste derrotada..

Mami, ojalá entendieras de bromas, ojalá entendieras de juegos, pienso que para ti, tengo el perfecto remedio.

Terminó el día… ya estaba anocheciendo… no alcancé a jugar y si los días pasan tan rápido;  tal vez mañana estaré envejeciendo… y es que mami, si me hago adulto, jamás concluiré mi juego.

Apagaste la luz y te tumbaste a mi lado, me abrazaste fuerte y tranquilizaste mi llanto. Recordé que tu tuviste un día difícil y que necesitabas más que yo un fuerte y mágico abrazo.

-Mami, mami  ¿Por qué corres tanto?,  si escribí mal mi nombre, en algún momento como papá solo hare un garabato. No te preocupes si me va mal en geometría ya tengo todo planeado y de grande voy a ser un valiente ninja.

Hablemos de negocios, que para los niños el juego jamás será un ocio… me platicó mi abuelita que tú también eras inquieta, mala en matemáticas y muy creativa para las historietas.

Me abrazaste con más fuerza… me sorprendió tu sonrisa, te amo hasta la luna y adoro escuchar tu risa.  Esta noche, mientras estés dormida, le pediré a mi estrella que vuelvas a ser niña.

Que te ayude desafiar el tiempo, detenerlo un poco para que puedas volver a soñar; y que de nuevo recibas intacto, el hermoso don de jugar; tranquila mami que yo te voy a ayudar y de pasada el zapato la estrella me ayudará a encontrar.

Si ambos somos niños, todo el día vamos a jugar y todo el día a carcajadas la noche no nos irá estorbar.  

Déjame por favor enseñarte a recordar la alegría y ayúdame mamita linda a que nadie me robe la mía.

Cristina Aguirre

Soy licenciada en derecho, esposa y madre de tres hijos. Actualmente estoy laborando en una empresa familiar restaurantera, junto a mi esposo. Comencé a escribir como DESAHOGO en mis muy, muuuuy reducidos tiempos libres; escondida en la lavandería, mientras los niños dormían. Gracias por la oportunidad, en especial a todas aquellas mamás que me impulsaron a hacer esto.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS