TODO ESTARÁ BIEN

Por Dona Wiseman

¿En qué tengo puesta mi fe?  Siempre he dicho que soy una mujer de fe.  No se asusten, ni se emocionen.  No estoy hablando de la fe predicada por mi padre desde las religiones cristianas.  Estoy hablando de una fe que creo mucho más básica.  Yo confío en que la vida toma su curso y sigue, con, sin y a pesar de nosotros, tal vez hasta sin astros, destinos, deidades e intenciones.  No soy muy de metas, proyectos, ni propuestas.  Lo que ha sido mi vida ha sido resultado de una serie más que menos afortunada de eventos y oportunidades.  Veo todo esto tan fortuito que no puedo más que “confiar” en que la vida misma pulsa y puja y arroja resultados que cuando menos yo no tenía ni en la mira.

He leído varias veces una publicación que pregunta que si hubiéramos hecho aquello que soñábamos de niñas estaríamos haciendo lo que hacemos ahora, si la vida sería la misma.  Viví mi infancia y niñez en mundos de fantasía y no creo que ni esas fantasías pasadas, ni las de ahora, se habrían cumplido.  Leía mucho y los mundos y personajes de aquellos libros se volvían mi vida del momento.  ¡Por supuesto que yo era la protagonista!

Pero, no, ninguno de esos escenarios se parece a mi vida de hoy.  Recuerdo haber leído un libro sobre una joven que estudió educación y se lanzó a una comunidad rural en las montañas a atender a las necesidades de ese lugar.  Fue mi último mundo de fantasía antes de entrar en la universidad.  Decidí que estudiaría educación.  Y no tenía excluida la posibilidad de terminar en algún lugar que ni punto en el mapa merecía.  Mi madre se enojó.  Era una alumna de 10 y tenía capacidades mucho más allá de la “educación”.  Desde esa edad yo tenía poco respeto por “lo que se esperaba de mí” y mucha fe en que “todo se puede”.  Dejé la universidad, vine a Saltillo, y entré a…sí, adivinaron…a trabajar en la educación. 

No soy hacedora de milagros.  No tengo ningún talento especial.  Solo sé que de una manera o de otra, en un lugar u otro, haciendo una cosa u otra, la vida sigue.  Aún mi papá me dice que ellos tenían expectativas de una vida exitosa para mí.  Evidentemente su definición de éxito y la mía difieren en algo.  Admiro a las personas que hacen planes, trazan caminos, se sujetan a programas y proyectos.  Estoy segura de que ellas también tienen fe.  La fe tiene muchas formas y expresiones.  Tiene símbolos distintos con significados más que menos similares. 

Sesenta y cinco años han pasado en una ráfaga de distintos escenarios, desde un hogar suburbano de una familia de clase media – obreros de fábrica, criada dentro de los usos y costumbres de la etnia polaca, a un hogar ciertamente suburbano y clase media que jamás ha tenido que ver con obreros de fábrica, aunque hay algunos rastros de la etnia que fascinan a mis hijos.  Pienso en todas las posibilidades.  Así como en películas.  Si hubiera cambiado un mínimo detalle en un momento específico…o si mañana cambio alguno…  La vida seguirá.  Confío en que todo estará bien.  Tengo fe.

septiembre 27, 2021
septiembre 27, 2021

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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