Frente a la diversidad

Por Clara F. Zapata Tarrés

Hoy es cumpleaños de Pancho Zapata. Hay seres que significan mucho en nuestras vidas y vamos aprendiendo de ellos y ellas. Pocas personas me han enseñado de fortaleza como él. Y también a veces me pongo a pensar en el optimismo idiota que a veces leo, escucho y no me convence en nada. Pancho, Pan, me ha enseñado de fortaleza, de valentía, de no rendirse ante la adversidad pero sobre todo de ser congruente ante lo que la vida nos va presentando a lo largo del tiempo, sin ese optimismo rancio. La congruencia ante las injusticias por ejemplo me ha mostrado que los derechos humanos van primero.

Y así, mi bandera de justicia, mi bandera de constante cuestionamiento sobre mi propia experiencia, mi permanente reflexión sobre el Otro… Ahí está. Siempre. Qué importante es la autoobservación para poder mirar a ese otro, distinto, cambiante Otro. Dejar la burbuja. Y no solamente ver desde afuera, sino estar, hablar, conversar, tocar y abrazar desde nuestro lugar. Relfexionar juntas. Cuestionar nuestra realidad muy particular. Pisar el suelo ajeno, literalmente hablando. Comer en su mesa o en su piso, escuchar su lenguaje, mirar sus manos y sus ojos. Escuchar desde el corazón. Saber y conocer cómo nos mira a nosotros. Conversar. Reír de lo diferente que somos para poder coincidir y aprender a comunicarnos. Escuchar y entonces después actuar.

Creo que he podido hacerlo en diferentes momentos. Pero hoy puedo confirmarlo. En agosto de este año comencé un curso de Lengua de Señas Mexicana. Apenas con 4 meses mi percepción de las cosas es nuevamente distinta, cambiante. Conozco a través de signos, señales, animales, verbos, canciones y miradas. Miro a mi maestra sorda Ana comunicarse con su bebé amamantado que también es sordo. A través de balbuceos inaudibles para él, así como gestos, este bebé le muestra a su mamá que necesita el pecho. Ana descifra signos y símbolos pero aprende también. Se resuelven todas las curiosidades que quizás podría haber tenido. Ya no pregunto, sólo observo y entonces aprendo desde la experiencia. Los veo a través de una pantalla de zoom pero imagino el momento en que las veré en persona. Lo espero.

Ellas mismas dicen que son muy comunicativas y en las lecturas permanece siempre la prioridad del gesto. Dicen que quieren comunicarse a cada rato, que son muy expresivas y en todo momento, en nuestra clase, se enfatiza en la necesidad de gesticular en varias ocasiones de manera exagerada para que nos podamos entender. Si soy sorda y digo con mis manos que estoy muy contenta pero no lo expreso en mi gesto, en mi cara, en mi boca y en las arrugas de mis ojos, probablemente el que me está mirando o escuchando con el corazón, no pueda entenderme o yo simplemente no le creería que está realmente contento.

La lengua de señas es hasta ahora LA expresión más clara de los sentimientos, las emociones, las sensaciones que he podido sentir. Si hace calor, hago una seña con mi mano en C y la paso frente a mi boca. Pero no acaba aquí. Mi expresión necesita decir que siento calor en mi cuerpo y toda mi cara se constriñe para expresar todo lo caliente que es el ambiente. ¡Simplemente maravilloso!

Por eso es tan importante aprender a leer por ejemplo, las necesidades de nuestros bebés que aún no saben hablar o expresar con palabras lo que quieren. ¡Es un nuevo mundo, una aventura pues!

Estar abiertas a ello nos permite aprender no solamente para nosotras mismas o nuestras familias, sino también, para permanecer en la otredad de manera libre, abarcadora, imaginativa y cuestionadora.

Necesitamos profundizar en nuestra manera de comunicarnos para poder comprender a ese Otro y lo que quiere transmitirnos. Y en este momento sí aprenderemos de la adversidad porque sabremos empatizar. Dejaremos de creer entonces que nuestra realidad es la verdadera y que efectivamente, no sólo son mis palabras las que importan sino, que existe una cosmovisión completamente diversa a la que sí puedo tener acceso. Ponerme en su lugar será complejo, pero si ninguna duda, abrirá mi horizonte hacia la justicia, la valentía y al optimismo. Aprendamos de ese Otro, quien quiera que sea.

Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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