Por Dona Wiseman
Me han preguntado, y me he preguntado, por qué hago lo que hago. Por qué me entrené como psicoterapeuta, por qué dejé de dar clases, de hacer traducciones, de involucrarme en el ámbito educativo. Por qué abrir un foro artístico cultural en plena pandemia. Por qué vivo sola. Por qué tengo tantos gatos, y plantas. Por qué no me maquillo. Por qué no tengo cabello largo. Por qué estoy al pendiente de otros. Por qué no agarro lo que gano y me doy vida de lujo. Por qué determino hacer una cosa y no otra. Por qué el foro pide cerveza en envases retornables. Por qué sostengo un evento sin público, con frío, y en pandemia. Por qué no pido ayuda. Por qué no me gusta el aguacate.
Ayer me advirtieron que tuviera cuidado con cierta persona, una persona a quien se le da el hábito de quemar a personas, eventos, y trabajos como los que hacemos en Foro Amapola. Y me dieron muchas ganas de tener al cuate de frente para decir unas cuantas cosas. “Sus verdades”, decimos. En realidad, serían “mis verdades”, ya que no tengo idea qué trae él en su mente y corazón, y, dicho sea de paso, en una ocasión me dijeron “mis verdades” y no le atinaron más que a una.
Tenía ganas de explicarle el porqué de mi manera de trabajar. Tal vez comenzando con esa frase que tanto me choca, “Mira, yo soy una persona que…” Y, ¿me entendería? ¿Eso haría que no fuera yo criticada? Si yo me presento ante el mundo tal y como soy, ¿reconocerán que mis formas tienen validez? Pues, ¡no! Creo que justo opero así, bastante transparente. Eso no tiene efecto alguno en la manera de ser de los demás, ni en su manera de verme y juzgarme, o tal vez defenderse. Ninguno, para ser precisa.
Nos es muy difícil ver a alguien más triunfar. Hmmmm… en realidad no es eso siquiera, porque no hay tal triunfo de por medio en este caso, a menos de que lo que cae mal al otro es justo la posibilidad de que alguien triunfe. Ya me cansé solo con el esfuerzo por acomodar eso en mi mente, no tengo tiempo ni energía para operar de esa manera. Ya no. Creo que en algún momento de la vida sí, ya que entiendo la sensación, esa que dice que, si alguien hace algo bien, si la raza se va toda al bar de moda, ya no habrá para mí. Entiendo la sensación. Pero no es verdad que sucede así. Hay espacios y movimiento para todos. Este fin de semana varios músicos se movieron de una tocada a una grabación a otra tocada. Da gusto ¿no? A mí sí.
Y la neta, si no tienes otra cosa que hacer… pues, triunfa tú, ¿no? Me dará gusto celebrarlo contigo.
