Por Brenda Castillo
A lo largo de mi carrera como abogada laboralista, he tenido la oportunidad de conocer muchísimas historias de mujeres trabajadoras que se han encontrado con obstáculos y desafíos por ser también mamás.
Estamos en pleno año 2024 y todavía hay empresas que ni siquiera tienen una sala de lactancia, y no respetan los mínimos derechos laborales de las mamás trabajadoras. En algunos casos tampoco cuentan con seguridad social, son discriminadas y acosadas por el solo hecho de ser madres. Es por lo que miles de mamás trabajadoras, se encuentran con techos de cristal (barreras externas) y pisos pegajosos (roles feminizados difíciles de abandonar), que no les permiten desarrollarse profesionalmente.
Eso es una realidad que no podemos evadir, afortunadamente también hay empresas respetuosas de los derechos humanos de las madres trabajadoras y cada vez son más las fuentes de trabajo, las que, ya sea de forma muy consciente o a raíz de un problema legal y multas, se suman a la lista de empresas donde es seguro ser una mamá trabajadora.
Yo misma, me encontré hace algunas semanas en una terrible disyuntiva, cuando me di cuenta que como empresaria, estaba siendo muy discreta en mis redes sociales en cuanto a mi embarazo de ya casi 7 meses. Por un lado me siento sumamente agradecida y feliz por este bebé que llegó en un momento ideal en mi vida y quería documentar cada día, cada visita al doctor, cada foto que me he tomado. Por otro lado, mi embarazo coincidió con esta etapa en la que abrí nuevamente mi despacho, esta vez como una empresa de servicios legales especializados, y entonces, me di cuenta de que yo misma estaba limitándome por miedo a no ser contratada o a que mis clientes pensaran que ya no podría prestarles mis servicios en la misma forma que lo he hecho hasta hoy. Como si no tuviera un equipo profesional que me acompaña y esta conmigo en todo momento, y que además son igual o mas capaces de lo que yo soy como abogada.
Sin embargo, no fue hasta que vi en las Olimpiadas de Paris 2024, algo que para mí fue totalmente un cambio de paradigma: ¡La esgrimista de 26 años Nadia Hafez compitió en los Juegos Olimpicos de Paris 2024 estando embarazada de siete meses! Esta noticia le dio la vuelta al mundo y le dio vueltas a todas las creencias en mi cabeza.
Otra de las atletas, la también esgrimista Auriane Mallo Breton, madre de un niño de 3 años, consiguió dos medallas de plata y después de ganarlas declaró: “Esto demuestra que puedes lograr grandes cosas. Puedes ser madre y todo lo que quieras ser”.
Estas mamás atletas de alto rendimiento, están rompiendo por completo los techos de cristal y estereotipos, que parecen impuestos a las mujeres una vez que nos convertimos en mamás, como si una cosa excluyera a la otra, y ellas me recordaron que, la maternidad no es un obstáculo más bien es una fuente de motivación y fortaleza adicional.
En estos juegos olímpicos, además, hay una guardería, un parque de juegos y una sala de lactancia, todo esto gracias a las atletas Allyson Félix y Ona Carbonell.
Estoy segura de que todo esto tendrá un impacto positivo en la vida de las mamás trabajadoras, que tal vez no somos atletas de alto rendimiento, pero si somos mamás de alto rendimiento. Merecemos también una medalla de oro, por lo que hacemos diariamente sin aparecer en la televisión ni tener los reflectores sobre nosotras. ¡Tú mereces la medalla de oro! Por ser una mamá extraordinaria que saca tiempo de donde sea para cumplir con su trabajo y ser una mamá presente. La mereces por lidiar con condiciones laborales que lejos de ayudarte e impulsarte parecieran castigarte y hacerte la vida mas difícil. Mereces todo el reconocimiento y una ovación de pie por hacer lo que te toca y mucho más, para llevar una carrera profesional, un negocio o una empresa con el máximo rendimiento y al mismo tiempo ser la mamá dedicada a tus hijos que hace lo que sea por ellos.
Para mi es el momento de sentirme orgullosa de ser mamá de dos pequeñas y de un bebé que está por nacer, al mismo tiempo soy directora de una empresa de servicios legales y ayudo a empresas y a sus colaboradores a prevenir y a solucionar conflictos de una forma efectiva, práctica y humana, soy generadora de vida, de ingresos y de muchas soluciones, como tú lo eres.
Deseo de todo corazón que como yo lo hice, hace algunos días, puedas verte con orgullo sano, que te des el reconocimiento que mereces y que mis palabras te sirvan para inspirarte a seguir y a no rendirte.
Ya sea en la cancha, en tu trabajo, en tu empresa o con tus hijos: puedes ser la mejor, porque ¡Puedes ser madre y todo lo que quieras ser!
Y si necesitas conocer tus derechos laborales como mamá trabajadora, no dudes en contactarme, para mi será un enorme gusto platicar contigo y orientarte, es mi forma de reconocerte y apoyarte: ¡No estas sola!