ALI DÁVILA

Hola soy Ali Dávila, nací y fui criada aquí en Saltillo, mi padre Antonio Dávila fue un apasionando periodista y mi madre Alicia es una maestra de profesión y una promotora de la lectura. Crecí junto con mi hermano Toño y mi hermana Sandra, dentro de una familia que en ese tiempo se le llamaba “disfuncional”, pero llena aprendizajes y mucho amor. Me gradúe en la Universidad Autónoma del Noreste como Licenciada en Administración de Recursos Humanos y recientemente emprendí un negocio dedicado a la proveeduría de mobiliario para eventos sociales.

No fui de las niñas que soñaban con ser mamá algún día, ni de adolescente cuidé a primos pequeños, esto de ser mamá realmente lo he aprendido con mi Max.

Disfruto mucho mi vida como empresaria y me tocó combinarla con la crianza de un hijo. No ha sido fácil en algunos momentos, pero creo que al final de todo valdrá la pena y habrá recompensas para todos y no me refiero solo a las monetarias, sino a la recompensa de poder enseñarle a mi hijo el hábito de trabajar, el don del servicio y la capacidad de realizar con pasión todo lo que emprenda. En varias ocasiones entré en conflicto interno al pensar en seguir trabajando o ser mamá de tiempo completo, pero creo que en mi caso tengo el apoyo de mi familia para criar a mi hijo y seguir desarrollando mi vida laboral.
Algunos piensan que lo ideal para la crianza de los hijos es que la mamá esté dedicada a ello al cien por ciento. Como mujeres, y si es que así lo deseamos, nuestro desarrollo profesional puede ir de la mano con la formación de una familia.
Antes de que naciera mi chaparrito, mi hijo Maximiliano, vivía con la misma intensidad que ahora, me apasionaba por el ejercicio, participaba en carreras, maratones y triatlones. Además, viajé por algunos países, disfruté mucho esa etapa, incluso intenté hacer otra licenciatura. Fue una etapa genial, que recomiendo a todos los jóvenes vivir antes de decidirse por formar una familia.

A finales del 2017 conocí al amor de mi vida, se oye trillado eso de “el amor de mi vida”, pero así es, es mágico. Edson y yo tuvimos la gran dicha de concebir un hijo, nuestro Max, al que amamos con todo nuestro ser. Les cuento el contexto y algunos antecedentes para llegar a este punto: me cambió la vida ser mamá. Si, lo sé, no es un descubrimiento para la humanidad. Soy una mamá primeriza, enamorada de mi niño y encantada de ser su mamá.

En lo particular además de cambiar mi ritmo de vida, prioridades, mi cuerpo, hábitos alimenticios, mi cara, mi sentido de alerta, mi olfato, mi administración del tiempo, mi capacidad de resolver rápido, pero con calma situaciones caóticas, de esas que luego pláticas a carcajadas, entre otras cosas, me cambió la perspectiva de vida.

Soy una mujer muy sensible, pero concebir a mi hijo me ha hecho ser mucho más empática con otros seres humanos y eso ha sido lo más significativo de convertirme en mamá, además de ser la más feliz con Max, claro.

Concluyo este texto, manifestando todo mi respeto y admiración para todas las mujeres que son mamás, las de tiempo completo, las mamás emprendedoras, las mamás profesionistas, las mamás trabajadoras, pero sobre todo para aquellas que por alguna circunstancia no la han tenido fácil en este rol.

En fin, hay muchas maneras de ejercer la maternidad, en mi opinión todas son válidas mientras se ame profundamente a los hijos y se desee el bien y felicidad de ellos.

No hay mamá perfecta, eso creo que a todos nos queda claro.

Gracias Maximiliano, por darme esa gran dicha, la oportunidad de ser tu mama, te amo mi niño. /////

Alejandra Peart

Arquitecta y Licenciada en Letras Españolas con Maestría en Creación Literaria. Fundadora y Directora Editorial de Editorial Atemporia. Escribí el poemario En estas horas (Ed. Minimalia, 2004). Actualmente soy Directora de Contenido de la revista NES No Estás Sola, promotora cultural, editora, poeta, diseñadora editorial, feliz mamá de Rodri y esposa de Jorge. This is me.

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