EL DIVINO ARTE DE PEDIR

Por Lorena Salas

¿Pides desde el amor o pides desde la carencia? En un sinfín de ocasiones me he escuchado decirle a mi hija “pide bien las cosas” y es que definitivamente en el pedir está el dar como dicen por ahí. Pedir no sólo es conseguir algo, va más allá de eso, implica estar conscientes de todo lo que hay detrás de cualquiera de nuestras necesidades sean básicas, físicas o emocionales y saber expresarlas de la manera correcta.

Solemos pedir toda clase de cosas, pero las preguntas son ¿cómo y para qué lo hacemos? Si constantemente estamos lamentándonos porque no nos alcanza el dinero, porque todo es demasiado caro o porque vivimos endeudados, entonces estamos vibrando en la carencia y así es como pediremos las cosas y por lo tanto así llegarán a nuestra vida, de forma “injusta” e “insuficiente”. En cambio, cuando a pesar de tener un peso en la bolsa, agradecemos por todas las otras riquezas que sí tenemos como salud, familia, casa donde dormir, comida, ropa, entonces nuestra energía se mantiene en la abundancia, en el amor y en el recibir, el cual es el fin último del saber pedir.

Para muchos a veces el pedir se convierte en exigir y es ahí cuando la vida golpea una y otra vez con experiencias repetitivas para aprender la lección. Pedir involucra atraer, pero ¿cómo atraer lo que merecemos? Todos merecemos amor, respeto, tiempo, compañía, reafirmación, logros, en sí éxito en todas las áreas de nuestra vida, pero ¿realmente te la crees o sólo pides por pedir? Creer que mereces todo lo bueno de este mundo implica vivirlo en el día a día con acciones que van desde el amor propio para poderlo así proyectar al Universo.

En el merecimiento está el secreto del saber pedir todo aquello que deseamos, todo lo que anhelamos y todo lo que necesitamos. Cuando quieras pedir algo y conseguirlo, formula primero esta frase: “Yo merezco…”, ¿qué mereces en tu vida? ¿y si lo obtienes cómo le retribuirás al mundo?

Todos los días escuchamos frases como “pido que no haya guerra, que haya paz en el mundo, “pido que se acaben las injusticias”, “pido que se acabe la corrupción”, “pido que se acabe la violencia”, “pido que se acabe la contaminación”, pero ¿qué estamos haciendo como sociedad para obtener eso que pedimos?, las acciones valen más que mil peticiones juntas y los cambios comienzan desde nosotros mismos, desde el simple hecho de quitarnos basuras mentales y comenzar por dar un “buenos días” a quien se te cruce en frente, agradecer lo que sí tenemos y darnos siempre a manos llenas.

Lorena Salas

Periodista de profesión y madre de dos, combino también mi pasión por el mundo de la belleza conectándome con cada historia que escucho al hacer lo que me gusta. Amo plasmar por escrito todo aquello que me inspira logrando así proyectar desde lo más profundo de mi alma.

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