PIENSA EN MÍ A LOS QUINCE

Por Susana López Siller

Las redes sociales se han convertido en poco tiempo en la moneda de cambio. Utilizarlas es parte de la cotidianeidad y pareciera ser también el acceso a todo un mundo que existe en ellas. Lo que publicamos tiene que ver con nuestras preferencias y aquello que consideramos importante. Es por esto, que muchos padres de familia comparten fotos y videos de sus hijos a través de Facebook, Instagram o YouTube. Una práctica común que pudiera parecer inofensiva, sin embargo, ¿Hasta dónde es correcto hacer pública la vida privada de alguien externo a ti, aún sin su consentimiento? Y ¿Ser madre o padre de familia lo justifican?  

                Para responder a estas preguntas ha surgido un término: “Sharenting”. El término es un anglicismo que conjuga dos palabras “share” y “parenting”, y  refiere a todas las prácticas incurridas por los padres para hacer pública la vida de sus hijos, en cualquier red social digital.  Antes de continuar el tema, quisiera aclarar que creo que la mayoría de los padres y madres publican fotos de sus hijos con la mejor de las intenciones y por querer compartir momentos de felicidad y alegría con sus contactos. Sin embargo, debemos considerar que aquellos momentos no sólo nos pertenecen a nosotros, sino que también a nuestros hijos que son personas que nacen con derecho a una esfera privada, y cuando están pequeños, es difícil obtener su consentimiento haciéndolos capaces de entender las consecuencias de tener su información en internet.

                Según la autora Nancy Jo Sales, autora del libro American Girls: social media and the secret life of teenagers, casi el 90% de los niños en E.U.A. ya tienen una identidad digital antes de los dos años, y para los cinco años, sus padres habrán subido al menos 1,000 fotos suyas al internet. Asimismo, según la Universidad de Michigan, el 56% de los padres publica en internet fotos potencialmente vergonzosas de sus hijos. Recuperar el control de estas publicaciones es casi imposible, y el menor tendrá una huella digital, creada por alguien más, que lo acompañará el resto de su vida. Además de esto, los menores en internet que son expuestos en alto grado, son vulnerables a innumerables situaciones negativas que podrían afectarlo (ciberacoso, grooming o robo de identidad).

                Para mí es difícil, soy una mamá que creció ya con la tecnología en la mano. Hay miles de momentos que quiero compartir, ya que mis hijos son mi mayor orgullo; pero muchas veces me pongo a pensar, ¿Qué tanto les afectará lo que hago hoy por ego propio? Si, al final de cuentas, considero que muchas veces al compartir todos estos momentos, puede hacernos caer en querer agradar y buscar ese “Like” que apruebe nuestra maternidad. Es ahí donde considero debemos detenernos a pensar. En lo personal, he compartido fotos de mis hijos desde el día de su nacimiento, con el tiempo he dejado de hacerlo tanto. Quisiera que ellos tuvieran una oportunidad de llegar en blanco a este mundo, así como llegue yo. Que cuando se presenten con sus compañeros en preparatoria, no utilicen material en su contra que pudiera hacerles sentir vergüenza o frustración.

                Al ser un fenómeno nuevo, no tenemos respuestas concretas a las preguntas planteadas al principio sobre cuanto afectará esto a nuestros hijos. Sin embargo, debemos ser conscientes de los alcances que tiene el internet, y que es muy probable que la información que hoy subamos se quede ahí, mínimo, hasta que tengamos vida. Una de las respuestas a qué tanto afectará esto a nuestros hijos la encontraríamos al reflexionar si las publicaciones que subimos las hacemos por el bienestar de nuestra familia o por demostrar algo a la sociedad (felicidad, estatus o una maternidad idealizada). Si como yo, aun así decides compartir publicaciones de tus hijos, ojalá en menor medida, hay una serie de recomendaciones que podrían ayudarnos a decidir qué es lo mejor para ellos y ellas:

1. Conoce las políticas de privacidad de las redes sociales, es decir, elige a quién quieres mostrarle estas fotos. Aunque recuerda, una vez en internet, estas pueden ser usadas en distintas plataformas sin tu consentimiento.

2. Publicar siempre de tu cuenta, así tendrás acceso a ver quiénes potencialmente vieron tus publicaciones.

3. No publiques información que consideres pueda tener efectos negativos en tus hijos y aquella que pueda dañar su autoestima (aún con el paso del tiempo).

4. Una de las mayores recomendaciones que he leído, es no abrir cuentas a menores de edad en ninguna red social, por ningún motivo. Esto es potencialmente dañino, ya que los niños pueden toparse con personas que no tienen la mejor de las intenciones hacia ellos.

Susana López Siller

Mamá de dos, psicóloga, soñadora y feminista. Me apasionan los temas de salud mental, crianza y equidad de género, y cómo puedo aportar desde mis textos a crear una sociedad más justa. Escribir se ha vuelto mi terapia.

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