LOS BEBÉS PREMATUROS… HABLAN SUS MADRES

Segunda Parte

Por Clara Zapata Tarrés / La Liga de la Leche A.C.

Mi nombre es Sayuri Alvarez, soy mamá de una hermosa niña prematura de 26 semanas de gestación, Victoria.

Desde que supimos que estábamos embarazados representó una gran alegría en nuestra familia, ya que Victoria no fue una bebé planeada pero si muy deseada. Me parece que desde ahí, ella y yo experimentamos una  hermosa conexión porque aun sin haberme realizado ninguna prueba y sin días de retraso ya sentía yo un gran cambio en mi cuerpo. Al confirmar la noticia todo se volvió alegría y emoción. Tratamos de llevar un embarazo cuidado, visitas ordinarias y siguiendo recomendaciones hasta mediados del quinto mes, donde sin antecedente alguno, sufrí una terrible enfermedad llamada síndrome de Hellp.

Todo fue tan rápido que es casi nulo el recuerdo de momentos de dolor, todo fue tan fuerte que caí en la inconsciencia rápidamente… El primer recuerdo que tengo después de eso, es el haber despertado después de unos días en una sala de cuidados intensivos, bastante desorientada y lo primero que noté es que Victoria ya no estaba en mi vientre, la enfermera amablemente y sin decir más me dijo: Tranquila, está viva. Enseguida entró mi esposo, con una cara difícil de describir. Él ya la conocía de varios días atrás y desgraciadamente la condición de Victoria era bastante grave, ya que era bastante pequeña, su peso al nacer era de 500 gramos.

Pasando 15 días, por fin salí de cuidados intensivos y me autorizaron conocerla. Victoria seguía muy grave y ese día tenía una cirugía de corazón abierto así que emocionada y temerosa fui en silla de ruedas a conocer a mi bebé. Fue una experiencia inexplicable: tantos sentimientos y ganas de verla, pero al conocerla quedé en un estado de shock. Nunca había visto un bebé de 25 cms y ahora pesaba 450 gramos. Le pedí a ella que fuera fuerte y le imploré a Dios con el corazón ya que ese día era su cirugía. Esas horas me parecieron eternas y el sólo escuchar “sobrevivió”  llenó mi corazón de amor por ella y de certeza que era una gran luchadora y que saldríamos adelante de esto. Después de la cirugía en neonatólogo nos informó que la bebé estaba lista para quitarle el ayuno que tenía desde su nacimiento y que la leche de las mamás de prematuros era especial, ya que contenía más calorías y vitaminas que la leche materna de otras mamás. Además la leche materna ayudaba a disminuir notablemente una gran cantidad de riesgos y efectos secundarios que le podrían dar con la fórmula dada su delicada condición.

¡¡¡Por fin podría hacer algo por mi bebé!!!

Estaba tan feliz después de tener el corazón roto de estar tantos días lejos de ella. Finalmente yo le podía ayudar… Fue muy difícil la extracción los primeros días, no podía amamantar ya que victoria era alimentada por una sonda, solo ocupaba 0.5 mml de leche por toma…Pero fue un gran reto para mí.  Yo estaba convencida que tenía que luchar por ella, así como ella lucho por vivir, así que todos los días durante 110 días que Victoria estuvo internada me dediqué completamente a cuidar mi extracción, convencida que es lo que ella necesitaba de su mami, pasando por muchos momentos de desesperación porque a medida que pasaban los días me pedían más cantidad para alimentar a Victoria, pero el cuerpo de las mamás es tan maravilloso y bendecido que a pesar de muchas adversidades lo logramos hasta el día que por fin, pudo comer por ella misma…

Ese momento mágico donde por fin nos conectamos, donde por fin nos conocimos y donde por fin nos abrazamos, amamantar a Victoria fue un experiencia maravillosa, tenerla junto a mí y yo poderla alimentar fue un gran consuelo para las dos, ver sus ojitos pegada a mí al comer, con una mirada de agradecimiento, misma mirada que yo le regresaba por haber luchado por estar aquí. Amamantar a Victoria significó una promesa de vida para las dos, un lazo de unión inquebrantable, y sentir que después de tanto tiempo de estar separadas por fin pudimos seguir conectadas nuevamente.

Victoria ahora tiene 4 años y sigue demostrando ser una gran luchadora, contrario a todos los pronósticos de no poder caminar, no poder escuchar o tal vez no poder ver, es una niña perfecta sin grandes secuelas.

Aquí la historia en unas hermosas imágenes muy conmovedoras: https://bit.ly/2XvEr00

Ana Celia Aguirre

Educadora con especial interés y experiencia en los ámbitos del desarrollo humano y social. Líder de la Liga de la Leche.

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