ALERTA-Zona de contagio

Por Clara F. Zapata Tarrés

Sigo en la Ciudad de México disfrutando la compañía de mis padres, mi hermana y mis sobrinos… Hemos hablado mucho sobre la pandemia y sobre lo que significa para cada uno de nosotros. Ha sido duro porque es un tema de conversación que no tendría por qué darse. Se presta a tantas interpretaciones que pueden llevar a discusiones y tensiones.

A veces algunas horas, nos alteramos por detalles y me imagino todavía que debe ser porque estamos en circunstancias de miedo que nos hacen reaccionar. Hay que ser bien consciente, parar la mente y seguir intentando amar, disfrutar de los días decembrinos y prepararnos para el 2021.

Es complicado porque cuando voy por la calle, sólo mirando a través del vidrio de la ventana de un coche, veo los constantes carteles que en mi alcaldía han llenado las paredes y a pesar de la permanente sensibilización que se intenta transmitir por todos los medios, las personas siguen saliendo, siguen estando sin tapabocas, siguen comprando ropa usada a montones en las tarimas de los mercados y paseando con bebés, con personas de la tercera edad con el “cubrepapadas”… la lista es interminable.

Es una realidad irónica y claro que es comprensible que todo siga abierto porque las PYMES y las personas que sobreviven de las ventas de frutas, verduras, tlacoyos, tamales, cerillos, ajos -por mencionar algunos ejemplos de los mercados que he visto a lo largo de mis años maravillosos chilangos- necesitan continuar. Se han creado estrategias innovadoras pero hay circunstancias en que no se puede hacer de otra manera. La vida sigue y la sobrevivencia tiene el primer lugar en la jerarquía de posibilidades. Depende pues de cada realidad y quisiera mantener mi prejuicio a un lado porque sé que en mi familia he tenido el privilegio de hacer trabajo desde casa, quedándonos lo más posible encerrados desde hace ya 9 meses.

De todas maneras, quiero hablar sobre los días por venir, en relación con los festejos que seguramente todos tendremos y que tienen que ver con las salidas de las personas que amamantan. Quisiera decirte que no salgas, que es mejor mantenerte aislada y que podemos encontrar maneras de celebrar distintas. Que es tiempo de guardarte y que probablemente, cuando tengamos más seguridad sobre la aplicación de la vacuna, cuando tengamos más certezas, podremos amar, abrazar físicamente y demostrar el cariño como lo hicimos antes de la pandemia. Quiero decirte que tus familiares lo entenderán y que tendrás otras oportunidades, muchas más, para convivir. Salgan solamente para lo esencial, si visitas a tus familiares toma las precauciones básicas y cuídate.

Si después de toda esta reflexión decides salir un poco te dejo información sobre un tema que también es importante: Alcohol y lactancia.

Si has decidido amamantar, es importante priorizar la relación con tu bebé. En general, la cultura de la lactancia hace que las personas que se encuentran a nuestro alrededor tengan otras costumbres y piensen que los bebés no tendrían por qué participar en estos festejos. Cuando amamantamos es difícil dejar a nuestros bebés pero muchas madres y familias que deciden que la lactancia sea el camino de crianza, se adaptan y llevan a sus bebés a las fiestas y celebraciones. Esto ayuda a que la relación entre mamá y bebé se reproduzca de tal manera que los dos se vayan conociendo y acostumbrando y a la hora que van creciendo todos pueden disfrutar de su compañía mutua. Por otro lado, si llevas a tu bebé tu producción de leche está equilibrada y evitas las congestiones mamarias.

Otra de las cosas que suceden mucho y que tienen que ver con lo mismo es que a la hora del festejo, probablemente todos querrán cargar a tu bebé para “hacerte más alegre o cómoda la celebración”. Muchas veces esto nos hace sentir incómodas o incluso nuestro bebé puede inquietarse o sentirse muy abrumado. En lugar de esto, puedes proponer que para que estés más contenta y disfruten plenamente tú y tu bebé, las personas a tu alrededor pueden atenderte mientras tú estás amamantando o cargando a tu bebé. Si el festejo es en tu casa, puedes pedirle a algún familiar que sea el anfitrión, que te lleven varios platillos para no tener que cocinar tanto y que cuando sea la cena, te pasen las botanas y te sirvan tu plato. Verás que pasarás una noche de consentimiento y de tranquilidad.

¿Qué sucede con el alcohol? ¿Podemos beber y amamantar? ¿Qué cantidad? ¿Cómo se elimina el alcohol y en cuánto tiempo? Aquí algunas sugerencias y datos que te permitirán disfrutar:

  • El alcohol no es recomendable en ninguna etapa del embarazo. Puedes disfrutar de varias bebidas creativas sin alcohol. Si estás amamantando a un bebé muy pequeño también es preferible evitar beber alcohol.
  • Después de los 3 meses de tu bebé puedes beber ocasionalmente. Lo ideal es que justo después de amamantar tomes tu bebida y esperes el tiempo necesario para volver a dar pecho.
  • El alcohol consumido pasa rápidamente a la leche materna, en un nivel igual o superior al de la sangre, pero también los niveles descienden rápidamente ya que el alcohol no se acumula en la mama.
  • El tiempo necesario a esperar a amamantar para que el alcohol ingerido de forma ocasional haya desaparecido de leche y sangre depende del peso de la madre (a menor peso, más tiempo) y de la cantidad de alcohol consumido (a mayor alcohol, más tiempo). Evitar dar pecho hasta después de dos horas y media por cada 10-12 grs de alcohol consumidos: un tercio (330 ml), de cerveza 4,5%, un vaso de 120 ml de vino 12% o una copa de 30-40 ml de licor de 40-50%).
  • No es necesario extraer y tirar la leche después de beber alcohol, excepto para el alivio de los pechos de la madre: extraer y tirar la leche no aceleran la eliminación del alcohol de la leche.
  • Si estás lejos de tu bebé, trata de extraer con la frecuencia que tu bebé generalmente amamanta (esto es para mantener la producción de leche, no por el alcohol). Como mínimo, extrae manualmente cada vez que te sientas incómoda; esto te ayudará a evitar conductos obstruidos o mastitis.
  • Recuerda que el alcohol NO aumenta la producción de leche y se ha demostrado que inhibe la bajada y disminuye la producción de leche. Algunos estudios muestran que el alcohol inhibe la secreción de la prolactina, hormona de la producción de la leche, durante unas dos horas. El consumo agudo seda al lactante e inhibe la secreción de oxitocina de la madre y por tanto el reflejo de eyección de la leche, reduciendo la producción de leche entre un 10 y un 25%.
  • No practicar colecho con el lactante si has bebido UNICEF, 2006, ABM 2008, Landa 2012, UNICEF 2013). Nunca compartas una cama u otra superficie para dormir con tu bebé si has estado bebiendo. Beber afecta tus reflejos naturales, y beber y compartir la cama tiene una mayor asociación con el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

¿Qué pasa si bebes demasiado?

Si has bebido tanto alcohol y te sientes desorientada, no amamantes hasta que estés sobria. Asegúrate de que alguien que no esté intoxicado esté presente para cuidar a tu(s) hijo(s). Si es posible, extrae tu leche para mayor comodidad y para ayudar a mantener tu producción. Consumir alcohol no se recomienda durante la lactancia.

CUÍDATE HOY. Cuida a los tuyos y toma la mejor decisión que se adapte a tu familia. Disfruta celebrando y siendo consciente.

¿Quieres comprobar la información?

http://www.e-lactancia.org/breastfeeding/ethanol/product/

Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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