Por qué debes evitar el jarabe de maíz de alta fructuosa para tus hijos

Por Kim Dewey

El almíbar de maíz alto en fructosa o jarabe de maíz de alta fructuosa, también conocido como JMAF/AMAF por sus siglas en español (o  HFCS por sus siglas en inglés (High Fructose Corn Syrup) – es un producto industrial derivado del almidón de maíz y uno de los edulcorantes más utilizados en alimentos y bebidas procesadas.

Al ser un edulcorante (endulzante) de alto rendimiento y de muy bajo costo lo encontramos en todo tipo de alimentos procesados: galletas, panes, aderezos, salsas, yogures, helados, enlatados, mermeladas, jugos y refrescos. De hecho, un gran número, por no decir en la mayoría de alimentos “de super” y especialmente en aquello dirigidos a niños contienen JMAF, incluyendo barritas y cereales “saludables”

Toma en cuenta:

Si un producto contiene JMAF/AMAF ni lo compres,de entrada, ya te está diciendo que es un producto de muy baja calidad y seguramente no aporte ningún beneficio para la salud de tus hijos. No importa si es etiquetado como “sano”, “light”, “healthy”, “libre de gluten”, ahora muy de moda,  o “100% natural”.

No solamente no aporta ningún beneficio, si no que contribuye a enfermedades como diabetes tipo2, obesidad e hígado graso.Por su composición particular, la glucosa y fructosa van casi inmediatamente directo al torrente sanguíneo ocasionando rápidamente un pico de azúcar. La fructuosa después pasa al hígado lo que dispara la producción de grasa (como colesterol y trigliceridos).

Nuestro cuerpo no está diseñado para tratar naturalmente una sustancia como el JMAF. Al absorberse tan rápidamente, aún más rápido que el azúcar regular, el JMAF así como el jarabe de maíz regular contribuye al sobre consumo de calorías pues no estimula los procesos regulares digestivos y no le “avisa” al cuerpo que está satisfecho, lo que causa que niños consuman mucho más calorías de las que necesitan. De nuevo contribuyendo al sobrepeso y al consumo de productos con muy bajo nivel nutricional.

La recomendación es siempre leer con atención las etiquetas de ingredientes de los productos que consumimos y consumen nuestros hijos. Evitar completamente cualquier producto que contenga JMAF, reducir al mínimo el consumo de alimentos procesados de cualquier tipo, y si es posible cualquiera que contenga azúcar agregada en cualquiera de sus formas y nombres como ingrediente principal.

Es un trabajo que requiere atención y muchas veces ir contra corriente, la buena noticia es que cada vez más existen opciones más saludables y recursos para estar informadas. Recordemos que la salud y buenos hábitos alimenticios comienzan en casa.

 

mayo 2, 2018

Kim Dewey

Mamá, yoguini, diseñadora y viajera de corazón. Criando despacio. Lo que me inspira: mi familia, la naturaleza, la magia de lo cotidiano.

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