Pesadilla a la hora de la comida

Por Dennis Charles

 

El objetivo de las comidas diarias son el proveer a nuestro cuerpo nutrientes, al mismo tiempo que nos reunimos con la familia. Sin embargo, para muchos padres, este momento se ha convertido en el más estresante del día.

A la hora de la comida, podemos ver a muchos padres implorando a sus hijos para que se sienten de manera ordenada y terminen su comida rápidamente, chantajeando con dulces o postres o amenazando con castigos. El problema persistirá hasta que no modifiquemos la manera en cómo nos dirijamos a nuestros hijos durante la hora de la comida. Podemos evitar las discusiones con nuestros hijos a la hora de la comida si, en primer lugar, dejamos de pelear y luchar con ellos.

Los niños se verán más motivados a comer si los involucramos en la toma de decisiones del menú semanal y en la preparación de los alimentos. Podemos planear junto con nuestros hijos lo que ellos pueden hacer para contribuir; hablándoles de las diferentes actividades que se necesitan realizar, como poner la mesa, preparar una ensalada o servir el agua.

Si tus hijos no quieren comer lo que les has cocinado, evita prepararles algo más. Una manera de evitar que tus hijos desperdicien comida es permitirles que ellos se sirvan su comida. Si tu hijo te dice que no le gusta lo que has preparado, amablemente le puedes retirar el plato y decirle: “está bien, no tienes que comerlo. Sé que podrás esperar hasta la hora de la cena”.

Pregúntales a tus hijos cuanto tiempo necesitan para terminar su comida y establezcan reglas, por ejemplo: “a la media hora de servir la comida, se retirarán los platos para limpiar la mesa”. Evita el estar recordando a tus hijos sobre la regla establecida, simplemente cumple con lo establecido sin decir ni una palabra.

Eviten comer viendo televisión, celular o tabletas. Si tus hijos realmente están presentando conducta inadecuada, puedes ignorar su comportamiento o simplemente retirarte en silencio.

Es importante no desesperarte si crees que tu hijo no se alimenta adecuadamente. Los niños comerán cuanto tengan hambre y dejarán de comer cuando no tienen apetito; en ellos es un proceso natural, por lo que debemos de respetarlos no obligándolos a comer. Sólo evita el tener en tu casa, comida chatarra; en su lugar, acerca frutas y alimentos nutritivos. Deja que los niños pequeños experimenten con la comida; cuando son bebés, su interés por la comida se manifiesta cuando juegan con ella, es una conducta natural del bebé el tirar la comida.

Si nosotros tratamos que la hora de la comida sea una experiencia positiva, debemos dejar de preocuparnos por que nuestros hijos coman todo lo que hay en el plato y por los buenos modales. La hora de la comida no debe de ser un momento para obligar a nuestros hijos a comer. Si seguimos manteniendo esa actitud, lo más probable es que nuestros hijos rechacen la comida y este momento se puede convertir en un campo de batalla.

Dennis Charles

Mamá de dos niñas, psicóloga con Maestría en Aprendizaje y cognición y especializada en neuropsicología infantil, certificada en Discipline Positive Parent Educator y en Encouragment Consult.

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