HABLEMOS DE ABUSO SEXUAL INFANTIL

Por Blanca Garza y Vero Barreda / EMCOPAZ A.C.

Resulta insoportable, impensable y tremendamente difícil imaginar que nuestro hijo o hija, que está bajo nuestro cuidado o tutela, haya podido ser convertido en una víctima de abuso sexual, pues conscientemente nunca dejaríamos que estuviese expuesto a tales peligros, pero desgraciadamente, en algunas ocasiones ocurre.

Nosotros, como padres y madres, somos responsables del cuidado y la protección de nuestros hijos e hijas, pero es importante recordar que solo el abusador o abusadora es culpable, es quien pervierte y utiliza la inocencia y el no saber de un niño o niña, es quien aprovecha o crea las situaciones de oportunidad.

Por eso, si nos viéramos en esa situación, ante la sospecha o revelación de un abuso sexual por parte de nuestro hijo o hija, aunque nuestra primera reacción pudiera ser de negación, es importante pensar primero en qué es lo que necesita escuchar de nosotros nuestro hijo o hija, acogerle con amor, escucharle con atención y con calma y creerle. Es muy difícil que un niño o niña se “invente” algo así.

“No te juntes con extraños”, es la frase más común utilizada por madres y padres de familia con la preocupación de que una persona ajena a sus hijos atente en contra de ellos. Pero ¿qué pasa si el agresor no es ajeno y se encuentra dentro del núcleo familiar?, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México es el primer lugar a nivel mundial en materia de abuso sexual de menores y la mayoría de estos son cometidos por parte de personas cercanas a la víctima. Incluso pueden ser miembros de su propia familia.

Está comprobado que la mejor prevención está en fortalecer las relaciones familiares desde la primera infancia, dotar a los niños y niñas de herramientas para que crezcan con una buena autoestima, sintiéndose seguros y valiosos; con ello, evitamos que puedan verse atrapados en las relaciones de poder y dependencia.

Un niño o niña que cuenta con un padre y una madre que “sepa leer sus emociones, reconocer sus diferentes estados de ánimo” y que hablen con normalidad sobre ello, actuarán como antídoto natural frente a cualquier malestar o amenaza externa. Hay que estar lo suficientemente cerca como para poder observar la mirada de los hijos e hijas y saber si están bien o no.

Es importante trabajar y cuidar el concepto de INTIMIDAD: En el interior de cada familia se crean reglas y formas de convivencia que otorgan o restringen permisos, por ejemplo: la costumbre de saludarse o despedirse con un beso en la mejilla, el cerrar la puerta del baño cuando necesitas estar a solas, etc.

Cuando los niños y niñas son más pequeños es obligado tener que cambiar sus pañales, ayudarlos en su aseo personal, pero a medida que crecen, les enseñamos a ser autónomos, por ejemplo, con 5 o 6 años, un niño o niña ya está en condiciones de asearse con supervisión de los adultos, ha controlado esfínteres y, por lo tanto, puede gestionar todo lo relativo a su limpieza y empieza a adquirir otro concepto y contacto sobre su propio cuerpo, ¡eso es bueno!

A mayor autonomía, más posibilidad de que el niño o niña aprenda de forma natural el concepto de la intimidad, por eso, desde los dos años podemos advertirle que “nadie le puede tocar debajo de su ropa interior “.

También entre los 3 y los 7-8 años puede comprender la naturaleza de las relaciones de enamoramiento entre los adultos, es cuando podemos aprovechar para indicar a nuestro niño o niña, que enamorarse y darse besos de “amor” es cosa de mayores, advirtiendo, con mucha naturalidad, que no está bien que un adulto intente acercarse a él o ella de esa forma y que, si ocurriese, debe contárnoslo a nosotros.

Podemos ayudarle a diferenciar entre el cariño y el amor entre padres e hijos, o entre hermanos, o entre amigos, de las otras formas de “quererse” que ocurren cuando uno es adulto y se enamora.

Es importante que tengamos en cuenta que a medida que un chico o chica van creciendo, su desarrollo psicosexual también progresa. Va aprendiendo a reconocer las diferentes señales de su cuerpo, descubrirá la autoestimulación sexual de forma natural. Ante este momento, nosotros, como adultos, hemos de cerciorarnos de no culpabilizarle o darle a este hecho una connotación negativa. Sin embargo, hemos de explicarle que es algo que debe hacer en LA INTIMIDAD, cuando esté solo o sola en su habitación o en el cuarto de baño, porque es algo privado para él o ella y para no molestar a los demás.

También es importante que los chicos y chicas sepan que cuando hay una puerta cerrada (por ejemplo, nuestra habitación) deben primero llamar antes de entrar, así también podrán aprender que los demás tienen INTIMIDAD, y al mismo tiempo los adultos nos aseguramos de que nuestros momentos de intimidad sexual también serán privados.

Cuando un chico o chica entra en la preadolescencia, junto con el cambio hormonal típico, su cuerpo se transforma, se “erotiza”, aunque es un proceso normal y deseable, en él o ella producen nuevas ansiedades, complejos y cierta sensación de vergüenza sobre su cuerpo. Es necesario que sepamos respetar esas señales, mantenernos cerca y nunca burlarnos o ridiculizarle por sus transformaciones físicas, animémosle a buscar su mejor imagen posible frente al espejo y de nuevo, advirtámosle que en sus relaciones afectivas y de pareja, no tiene por qué hacer nada para lo que no se sienta preparado y que nadie puede obligarle a ninguna práctica sexual.

Al mismo tiempo, entendamos que es un tema que probablemente le dará vergüenza hablar con nosotros, así es que hemos de mostrarnos cercanos y accesibles. Si nuestro hijo o hija tiene confianza en nosotros y hemos construido una comunicación afectiva con él desde la infancia, ante cualquier situación que le desborde, se acercará sin problema a buscar nuestro consejo y ayuda.

Hablar sobre el Abuso de Niños puede ser difícil, pero no tiene por qué ser así. Sabemos que es rara la vez que los niños mienten sobre abuso. La presencia de estas señales y síntomas no indica automáticamente que es abuso. Recuerda, no hay una señal de que un niño/a esta siendo (o ha sido) abusado. Si tú sospechas que un niño/a ha sido abusado, en Coahuila la línea gratuita 01 800 4 20 11 11 NIÑO SEGURO es una línea por medio de la cual pueden hacerse denuncias de cualquier tipo de maltrato a niños o bien denuncias por hechos ilícitos como violencia familiar, abuso sexual entre otros.

Las denuncias pueden ser anónimas. Su objetivo es brindar un medio por el cual los niños o la población en general puedan realizar denuncias sobre cualquier tipo de maltrato a niños o violencia familiar o menores en situación de riesgo etc. a fin de investigarlas atenderlas y dar el seguimiento legal o de la índole que corresponda.

Blanca Garza y Vero Barreda

Blanca Myrna Garza Aburto apasionada de la vida, la familia y los amigos. Admiradora del ser humano y la naturaleza, amante de la música y las letras. Abogada, psicoterapeuta, máster en desarrollo humano y mediadora. Fundadora de EMCOPAZ Empresa Constructora de Paz AC. Verónica Barreda Alcocer, hija, esposa, hermana y madre. Enamorada de esta vida y de lo que los seres humanos somos capaces de dar. Ingeniera de profesión, y siguiendo mis instintos y mi necesidad de crecimiento, hoy soy psicoterapeuta, máster en desarrollo humano, docente y mediadora. Feliz fundadora de EMCOPAZ Empresa Constructora de Paz AC.

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