LA PORRA

Por Laura Prieto

Hacerse un tatuaje es muy diferente a cualquiera otra cosa, si en una plática dices que te irás a tatuar será un tema de conversación muy largo, porque no es como ir a cortarse el cabello, de compras o al dentista, es algo que no se ve todos los días y que siempre despierta curiosidad. Desde luego, siempre habrá quien quiera acompañarte, así que hoy te platico acerca de los diferentes tipos de porra que vienen con los felices clientes.

Los emocionados, estos acompañantes a veces están más emocionados que tú, les emociona ver el diseño, conocer el estudio, ver los materiales y el procedimiento, te graban y te abrazan y constantemente tienen que contener su emoción, les agrada tanto la experiencia que al terminar el tatuaje suben fotos a las redes contigo y también en muchas ocasiones prometen volver pero ahora para ellos estar en la silla del tatuado, ¡siempre es bienvenido su entusiasmo!

Los nerviosos, son un acompañante que mezcla nervios con emoción, te quieren tanto que tienen miedo de que te duela, no quieren ver las agujas y te elogian constantemente por ser valiente y decidirte a pintarte, miran furtivamente el proceso, pero al final sus nervios se convierten en emoción y celebran contigo el proceso.

Los negativos, lamentablemente hay este tipo de porra y lo que es peor, frecuentemente son, esposos, novias, novios, esposas, es más común que sean la pareja sentimental del que se va a tatuar, y lo acompañan porque “de todas formas se lo iba a hacer aunque yo no quiera” y llegan con toda la intención de que se note su negativa, desalentando al cliente de cualquier forma posible, haciéndolo dudar del tamaño, lugar elegido, colores y rematando con la frase “tú sabes, tú eres el que te vas a tatuar”, cada que me toca este tipo de porras me recuerdo a mi misma comprar un letrero que diga “los mirones son de palo”.

El cliente frecuente, esta es una afición muy especial, son clientes que ya tienen amor a la tinta y llevan a sus amigos a su primer tatuaje, incitándolos a hacerse fan, son buenos para quitar el miedo, los nervios, para llevar víveres en caso de que les baje la presión o les de ataque de hambre (refrescos, aguas, chocolates), van a asegurarse de que los resultados los hagan tan felices como a ellos, aseguran que no duele “porque no tengo mano pesada” y salen de ahí felices con el tatuado y una cita para su siguiente obra de arte, gracias a todos ustedes clientes frecuentes, son mi mejor carta de presentación.

Las madres y padres, especial y cada vez más frecuente las mamis y papis acompañan a sus retoños mayores de edad, y como somos papás preocupados para siempre se aseguran de que todo esté en orden y que nada pueda dañar a sus hijos, es para mi siempre especial verlos en la banca, apoyando en todo a sus hijos.

Y así, hay una larga lista de gente que te puede acompañar a tatuarte, es mejor hacer las cosas con amigos, solo piensa y elige bien a quien le vas a dar el honor de sostener tu mano cuando estés en la silla de los tatuados.

No estás sola.

febrero 19, 2019

Laura Prieto

Nací en Saltillo, Coahuila hace 32 años. La vida me llevó a aprender a tatuar, complementé mi aprendizaje estudiando artes gráficas y haciendo toda cosa creativa que llegara a mí. Ahora soy madre, esposa, llevo 14 años en el mundo del tatuaje y sigo feliz y encantada de trabajar en lo que estoy.

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