UNA CANCIÓN DE SILVIO

Por Dona Wiseman

Hace un momento abrí la llave y salió agua. Era la expectativa ciertamente, pero si hay algo que me gusta de mí es la capacidad que tengo de asombrarme ante la vida. No es común que dé por hecho las cosas. Sí es común que trabaje mucho y que, a pesar del trabajo hecho, me sienta muy agradecida cuando los resultados son tan favorables, como el agua que sale de la llave y que implica una serie extensa de factores, inventos, bendiciones de la naturaleza, e intercambios energéticos.

De niña uno de mis “juguetes” favoritos era el musgo que crecía en una pequeña franja de jardinera en el costado sombreado de la casa de mi abuela. No plantaban nada allí. No daba la luz del sol. Yo, niña, levantaba el musgo con cuidado, así como alfombra, y encontraba lombrices de tierra a las que distraía de su tarea para que me acompañaran un rato. Las invitaba a pasar tiempo conmigo y las devolvía a su hogar, tapando su espacio de nuevo con el musgo de la manera más perfecta que podía lograr con manos de una pequeña de 3 años.

 Después, entraba a la casa y me fascinaba con máscaras y botas, rudos y técnicos, junto con un abuelo tranquilo en sus años de enfermedad, siempre vestido de pijama y bata.  En casa vestíamos de manera sencilla. El hecho de que hoy “arreglarme” para mí significa ponerme jeans me indica que aprendí la lección de manera cabal.

La vida me asombra en su simplicidad. Sale agua de la llave y vida de la tierra y diversión y conocimientos de los adelantos técnicos. Hay trabajo en lugares inesperados y satisfacciones en logros propios, compartidos y ajenos. En este momento escucho el camión de la basura y sé que se encargan individuos y sistemas (imperfectos sin duda) de ciertos aspectos de mi vida. 

Si tuviera que ubicar algo que me falta, creo que diría que nada. A pesar de mi severa antojabilidad, no tengo, ahora mismo, ni hambre. Llega un momento de calma. Sale agua de la llave. Y tal vez por ahora era lo único que requería. 

Eso y una canción especial de Silvio Rodríguez. 

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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