Por Sandra Machuca
“Para mi la vida es un momento lúdico,
Arrebatado por un largo día – al instante,
Yo vivo bastante desapercibido en ella
Pero ahora todo el cielo vive en mí”.
Fragmento del poema “Estado anímico”
La poetisa Petya Dubarova, nacida el 25 de abril de 1962, originaria de Burgas, Bulgaria, fue una adolescente escritora de la que poco se sabe. Sus textos provienen de la pureza de un corazón inquieto que denotan una lucha interna propia de la adolescencia pero también una rebelión generacional contra un contexto político y social comunista en decadencia.
Durante la Guerra Fría, los colegios eran custodiados por guardias del régimen comunista con la intención de supervisar que la doctrina ideología estuviera alineada al sistema. Petya pertenecía a un colegio donde se formaba a la futura élite del país; y tanto el desempeño académico como el comportamiento; enfatizando en actos de rebeldía contra el sistema, tenían la misma importancia.
En una salida escolar organizada por el colegio, ocurrió un accidente cuyas repercusiones, sobre todo financieras; debían encontrar un responsable. Así que se responsabilizó a Petya con el incidente y esto derivó en un decremento en su rendimiento académico.
Este suceso pudo haber sido el principal detonante que llevó a Petya a tomar la decisión quitarse la vida con una sobredosis de pastillas tranquilizantes el 4 de diciembre de 1979, antes de cumplir los 17 años.
Su cautivadora poesía revela un derrame de emociones propias de la juventud pero al mismo tiempo manifiesta cierta presión interna que por un lado; le exige ser una buena hija, estudiante y ciudadana; pero por otro, un alma indomable que pretende erradicar los convencionalismos prevalecientes de la época.
