¿ARROZ CON LECHE?

Por Paloma Castillo

A veces creemos que lo que inculcamos en nuestros hijos se basa en los consejo que les damos. Pero hay muchos “pequeños” factores que influyen para que nuestros hijos formen su criterio, su voluntad y su fe.

Cuando mi hija mayor tenía aproximadamente 6 o 7 años comenzó a analizar las letras de cada canción que escuchaba, preguntaba el significado de algunas palabras que no conocía e intentaba entender el significado también de una frase o de una estrofa completa.

Un día, en el coche escuchó en una canción de Lila Downs la palabra “desaparecidas” ella no entendía a qué se referían, pues por el contexto de la letra sabía que no hablaban de algo fantástico o un truco de magia en el que después del abracadabra algo desaparece.

Así que hablamos durante todo el camino acerca de lo injusto, de lo torcido y triste de tal situación… al final las mujeres NO DESAPARECEN , las están secuestrando, vendiendo, las están matando.

Fué difícil para mi hablar de esto porque deseo que desconfíe de los demás al mismo tiempo que deseo que confíe y tenga fé en que hay personas maravillosas, quiero que salga con precaución, al mismo tiempo que quiero que salga sin cuidado sabiendo que va a estar bien, quisiera que la divinidad la cubriera y la protegiera y pongo mi fé en ello cada día.

A partir de ahí ella busca canciones que hablen de feminismo, de empoderamiento, me ha acompañado a una de las marchas y con más fuerza se convence de que hay que salir a gritar y que todos sepan que no estamos solas, que no nos quedaremos calladas y que no dejaremos que pasen por encima de nuestros derechos.

La música que escuchan nuestros hijos es de esas “pequeñas” cosas que influyen en su comportamiento, sus ideales, sus decisiones, inspiraciones pues se quedan grabadas en su mente y en su corazón.

Procuro que mis hijas escuchen música variada y me gusta estar atenta de la selección que hacen para acompañar y aclarar los mensajes que reciben. En casa hay mucha libertad en ese sentido, sin embargo el acompañamiento hacia lo que escuchan siempre va de la mano.

Alguna vez una de mis maestras me dijo que la música y el canto es el alimento del alma, así como la comida es el alimento del cuerpo. Y que hay música que viene procesada y enlatada y no nutre de la misma forma, así que la reflexión sería.

¿De qué estamos alimentando el alma, el espíritu y el pensamiento de nuestr@s niñ@s?

“Arroz con leche,
yo quiero encontrar
a una compañera
que quiera soñar.
Que crea en sí misma
y salga a luchar,
por conquistar sus sueños
de más libertad.
Valiente sí, sumisa no.
¡Feliz, alegre y fuerte te quiero yo!”

Paloma Castillo

Educadora y Co-fundadora de Matatena A. C. Asesora de porteo y amante de la danza.

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