JULIETITAS

Por Laura Prieto

Vamos en no se qué día de la cuarentena, pasé del pánico, el estrés, negación a la aceptación, no sé como será el regreso a la vida exterior y tampoco quiero pensarlo demasiado, no quiero que mi mente se la pase dándole vueltas al asunto, acepto que estar en casa, aislada y sin
trabajo es mi situación ahora. Y entre tantos días alocados, entre tareas, comidas, limpieza, diseños, y un largo etcétera la actividad del día que me hace muy feliz es atender a mis plantas, especialmente a mis Julietitas.

Yo era pésima para las plantas, quizá sigo siéndolo. Mi esposo y mi hijo lo que siembran se les da, pero yo al poner una mano en una planta ya se seca, hasta que las Julietas llegaron a mi vida. Me llamaron la atención porque las vi en muchos programas de decoración, luego recordé que estuve en un restaurante en Madrid y tenían Julietas en agua que colgaban del techo al piso, y se veían hermosas, lo que me hizo suponer que tal vez eran de fácil mantenimiento y se podrían dar en mi vida.

Empecé con una en agua que me regaló mi mamá súper armoniosa, le salían hojas nuevas, cada hoja que brotaba la festejaba, pero quería más, y más, así que fui por una maceta grande, sus ramas colgaban casi un metro, me enamoré y la llevé a casa, pero a los pocos días se empezó a poner triste, la cambié de lugar, más luz, menos luz, más agua, menos agua, y me preocupaba ver que sus ramitas se iban poniendo suaves, entonces decidí que esas ramitas se irían al agua, cada ramita que se iba poniendo triste le hacía una maceta hidropónica y las plantitas se recuperaban y empezaban a echar raíces y más hojas, a buscar la luz y trepar por las paredes, lograban eso solo con agua y luz, maravilloso, y así de esa maceta saqué más de 10 plantitas hidropónicas. Cada vez que las veo admiro su capacidad de resiliencia y adaptación y hoy me sirve tanto, porque nos han sacado de un entorno al que ya estábamos acostumbrados y que era normal, a uno que es
estar en casa, cambiar rutinas y adaptarse, las Julietitas no lo dudan, y aprovechan la oportunidad de estar vivas y crecen con muy poco.

Miro a mi alrededor y tengo mucho donde crecer, tengo mis retoños y a mi esposo, todos con salud, a la distancia está mi familia resguardándose y también están bien, agradezco la oportunidad de aprender de este cambio global y elijo aprender de mis magníficas Julietitas, ¿y tú, te estás marchitando o estás creciendo en esta nueva realidad?

No estás sola.

Laura Prieto

La tatuadora más rápida del oeste. Artista desde niña, la vida me llevó al arte del tatuaje. Fui la primera tatuadora de Saltillo. Orgullosamente, plasmo en tu piel trazos perfectos y fiestas de color. No hay un día que sienta que trabaje, porque cuando se vive del arte te pagan por tu pasión, por lo que te hace arder y sentirte viva, ese es el mayor regalo. Estudié artes gráficas lo que me llevó a tener gusto por escribir y hablar de todo, leer, informarme, actualizarme. Maestra de yoga, porque los primeros años tatuando cobraron factura a la espalda, pero ya no me duele nada, así que planeo tatuar hasta los 100 años. Todos mis aprendizajes son para enriquecer lo que me hace verdaderamente feliz: el tatuaje. Soy mamá de dos minime, artistas como yo, pero menos existenciales y atormentados porque ¿qué arte es más bonito que el que sale de la obscuridad o de la luz del alma? Tatúate conmigo, confía tu tatuaje en manos expertas.

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