PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS

Por Dennis Charles

Durante la primera semana del mes de diciembre, tuve el gran honor de formar parte del grupo de conferencistas y capacitadores que, estuvieron participando en diferentes regiones del estado de Coahuila en el ciclo de conferencias “cada quién a su ritmo y a su estilo, por una educación inclusiva”. 

Durante toda esa enriquecedora semana, tuve la gran oportunidad de coincidir y conocer a un excelente profesional, quien es jefe del Departamento de Capacitación en la Coordinación Nacional del Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE, de la Secretaría de Educación Pública

Jorge Antonio Aguilar Ramírez, no sólo es un gran y excelente capacitador, es también un Consultor en la Formación de promotores ambientales, redactor, actor, maestro de teatro y un gran ser humano.

Jorge compartió durante esa semana una excelente ponencia titulada “Pensamientos Distorsionados”, en donde dio a conocer 15 de los pensamientos errados más presentes las personas y resaltó la importancia de poder detectarlos, ya que éstos provocan sentimientos y comportamientos que, al estar alejados de la realidad, nos van provocando estrés y frustración. Este tema me pareció muy interesante y necesario de darlo a conocer a más personas por lo que, en esta ocasión, y claro, con el permiso de mi estimado amigo Jorge, hoy quiero resumirles en estas líneas.

¿Qué es un pensamiento distorsionado?

El pensamiento es una facultad mental, y como todas las funciones cognitivas, inicia con la percepción que nosotros damos de nuestro entorno. Estas percepciones que entran a nuestro cerebro mediante los sentidos son interpretadas de acuerdo con nuestra experiencia y siempre va acompañada de emociones (muchas de las cuáles venimos trayendo con nosotros desde la infancia hacia determinadas situaciones).

A veces, nuestras interpretaciones son realizadas de acuerdo con nuestras expectativas, es decir, lo que “yo considero que deben de pensar, sentir y hacer los demás” o “lo que debería suceder en ciertas situaciones”.  Estos pensamientos distorsionados no nos permiten ver la realidad, y provocan en nosotros cambios en las emociones, en el estado de ánimo y, por lo tanto, en nuestra conducta.

Pensamientos distorsionados

Existen muchos pensamientos erróneos, sin embargo, retomaré los 15 pensamientos distorsionados en el licenciado Jorge Antonio mencionó durante sus conferencias. Todos hemos tenido uno o más de los siguientes pensamientos; te invito que, al leerlos, intentes encontrar a cuál o cuáles te has enfrentado y en qué situaciones o personas se te han manifestado.

  • Polarización: “soy una mala persona”, “siempre me ignoran”, “soy un fracaso”. Esta forma de pensar se da cuando las situaciones las percibimos en los extremos, o todo o nada, o bueno o malo.
  • Filtraje: El ejemplo que mencionó mi amigo Jorge puede ayudarnos a ilustrar mejor este tipo de pensamiento: durante un picnic familiar, las cosas van sucediendo de una manera armónica, tranquila y con una perfecta apariencia, sin embargo, cuando regresas a tu casa, empiezas a hacer este tipo de comentarios: “te fijaste, tu hermana me dio la pieza de pollo más pequeña, se nota que le desagrado”. En este tipo de pensamiento nos centramos en un solo detalle de la situación, magnificándola y olvidamos el resto de los elementos positivos. Podemos tener el mejor de nuestros días, pero si caemos en este pensamiento, llegamos a interpretar un solo detalle cono algo negativo, centrándonos en él y olvidando los demás.
  • Sobregeneralización: “Siempre me equivoco, nadie me va a amar, nunca habrá alguien que me comprenda”. En esta forma de pensar, hacemos una conclusión general y absoluta y la damos por hecho, aunque la realidad sea otra.
  • La interpretación del pensamiento: “De seguro me busca sólo para aprovecharse de mi”. En este tipo de pensamiento, creemos adivinar lo que piensan los demás y la manera en que van a actuar.
  • Visión catastrófica: “No quiero ir de vacaciones porque se caerá el avión”, “no pienso ir a la reunión porque no me voy a divertir”. Aquí solemos esperar lo peor de cada situación, lo cual nos puede limitar bastante en nuestra vida diaria.
  • Personalización: “De seguro mi pareja llegó enojado porque en la mañana no le envié un mensaje de buenos días”. En este pensamiento, nos hacemos una interpretación subjetiva de lo que pueden estar pensando o sintiendo los demás y lo atribuimos a algunas de nuestras acciones.
  • Culpabilidad: “por culpa mía, mi pareja me engaño”, “por su culpa, no logré estudiar”.  Esta distorsión del pensamiento consiste en buscar culpables o bien, culparnos de que todo lo que ocurre es a causa nuestra.
  • Debería: “debería complacerme”, “deberías entenderme”. Pensar que las cosas deben de ser de la manera que nosotros consideramos porque creemos o se nos ha enseñado que así “deberían” de ser.
  • Ilusión de control: “tengo que hacer las cosas yo o los demás lo harán mal”, “la nota que voy a sacar en el examen depende del maestro, no de mi”. En este tipo de pensamiento sentimos que nuestra vida está dirigida por elementos externos o bien, que somos nosotros los que debemos controlas ciertas situaciones o personas.
  • Demanda de justicia: “Si me quisieras, no me dejarías ir sola a la reunión”.Este pensamiento distorsionado, se basa en la aplicación de las normas subjetivas basados en nuestras percepciones y en cómo creemos que los demás deberían actuar conforme a nuestras expectativas.
  • Razonamiento emocional: “Me siento perdedor, por lo tanto, soy perdedor”. En este pensamiento distorsionado, se toman las propias emociones como prueba de la verdad, sin que esta sea objetiva
  • Falacia de cambio: “Yo sé que mi pareja va a cambiar por mí”.  En este pensamiento erróneo, se tiene la idea de poder influenciar en los demás si nos determinamos a hacerlo.
  • Etiquetaje: “Las mujeres no deberían vestir de manera provocativa si no quieren que se les falte al respeto”. Los estereotipos sociales provienen de este tipo de pensamiento distorsionado, en donde ponemos nuestro propio código de justicia porque la sociedad lo dictamina.
  • Tener razón: “Tú fuiste el que no quiso intentar”. Este tipo de pensamiento se manifiesta cuando creemos que sólo nuestra razón es válida y nos mantiene constantemente a la defensiva al tratar de demostrar que sólo nuestro punto de vista es el correcto.
  • Falacia de la recompensa divina: “Lo único que hago es trabajar para darte todo lo que tu quieres, lo mínimo que deberías de hacer es complacerme con lo que te solicito”.Esto es, creer que todo el sacrificio y el esfuerzo será recompensado en algún momento de nuestra vida. 

Modificando los pensamientos distorsionados:

Todos hemos presentado uno o varios de estos pensamientos distorsionados y, si nos ponemos a analizar, esta manera errónea de interpretar la realidad nos trae efectos negativos en nuestras relaciones con los demás. Podemos aprender a manejar estas creencias equivocadas y modificarlas por un razonamiento alternativo siguiendo los siguientes pasos:

  1. Identificar primero nuestros pensamientos distorsionados.
  2. Analizar las emociones que nos originan el tener estos pensamientos distorsionados y analizar después, las conductas que adoptamos como consecuencia de estas emociones y los efectos negativos que nos han traído.
  3. Modificar estos pensamientos, separándolos de nuestras emociones y actitudes y buscar otras alternativas que puedan dar explicación a las situaciones, sin dejar que nuevamente nuestras emociones intervengan.
  4. Buscar soluciones cuando nuestras emociones no estén expuestas, tratando de cambiar nuestras creencias equivocadas utilizando una razonamiento que se apegue a lo objetivo.

Al modificar nuestros pensamientos, adoptaremos nuevas emociones no aflictivas y, por lo tanto, nuestra conducta se modificará, llevándonos a actuar no de acuerdo con nuestras expectativas, sino a la realidad.

Los conflictos personales, problemas familiares o de pareja, situaciones labores, etc. son consecuencia de nuestros pensamientos distorsionados. Por eso te invito a identificar los tuyos y trabajar en ellos para poder contrarrestar el impacto que tienen en nuestras emociones, conductas, en nuestra persona y en nuestra relación con los demás.

Agradezco enormemente a mi estimado amigo Jorge Antonio por permitirme compartir en estas líneas sus palabras, aunque, sin duda alguna, escucharlo a él hablar sobre el tema es mucho más enriquecedor. Los invito a conocer y seguir a Jorge Antonio en sus diferentes redes sociales:

Dennis Charles

Mamá de dos niñas, psicóloga con Maestría en Aprendizaje y cognición y especializada en neuropsicología infantil, certificada en Discipline Positive Parent Educator y en Encouragment Consult.

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